Seminario 18/8

El día de ayer practicamos representar una imagen fotográfica de un ambiente del hogar mediante el dibujo a mano alzada. La idea era capturar un espacio delimitado por los bordes de un agujero en una hoja de papel. Siempre es interesante el desafío de tomar algo y representarlo o trasladarlo con nuestra intervención, dotándolo de una impronta personal. Ya sea a mano alzada, a través de algun software o mecanismo de asistencia, lo divertido y motivante para mí es apuntar a darle ese sello distintivo, ese trazo que denota el estilo de uno al ilustrar algo. Me gustó continuar empleando una técnica que aprendimos en otros semestres, utilizando el hemisferio derecho para dibujar siguiendo el ritmo, confiando en nuestra cadencia e intuición, despojándonos de la presion y el extisismo que nos genera mirar fíjamente nuestro trazo. Me encanta dibujar, no lo profeso a diario. Esta técnica despierta no sólo confianza y soltura, sino que tambien nos lleva a acomodarnos en nuestro estilo y nuestro fluir en el dibujo. En definitiva, de alguna forma u otra, creo nos ayuda a perfeccionar, legitimar y afianzar nuestra impronta personal.

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